2º misterio luminoso: Las Bodas de Caná

En Caná de Galilea, Jesús realizó "su primer signo" casi, podríamos decir, sin verdadera necesidad.
María, su Madre , le dijo: "No tienen vino"; y el Señor transformó el agua de las tinajas en un vino de solera, ¿era necesario?...
El vino, no es el pan, necesario para el sustento humano; ni la carne, ni las viandas que son propias de una fiesta; pero lo que da plenitud en una celebración "de bodas" es el vino.
También en nuestras vidas falta "vino", ése que hace que la vida sea plena a totalidad, ése que hace que la boda de Cristo con la humanidad sea una auténtica fiesta, una auténtica celebración.
Ese vino, es símbolo de cosas que pueden parecer innecesarias: una sonrisa, un gesto amable, un servicio gratuito, palabras impropias que podemos omitir, una cierta plenitud en el renacimiento propio, y un sinfin de gestos pobres, que en sí no son milagros aparentes, pero que son como el vino, que dan sabor y calor a nuestra existencia cotidiana.
Que Santa María, la Virgen Madre, que nos conoce mejor que nadie, también se acerque hoy a Jesús y le diga, "no tienen vino", y podemos celebrar feliz y pleno este día de bodas.

Comentarios

El lirio del yermo ha dicho que…
Me encanta su entrada. Son muy importantes esos detalles hacia los demás.
Angelo ha dicho que…
Una preciosa reflexión para este segundo misterio luminoso. Muchas gracias.
Anónimo ha dicho que…
Ayer leí esta entrada aunque no comente, hoy más tranquila solo puedo decir que ojala se cumpla lo que dices, ojala no nos falte ese "vino" en nuestro día, que sepamos pedirle a María y que ella siga siempre intercediendo por nosotros. Gracias!

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