Familia y fidelidad. Bendecid


''Una familia que se cierra en sí misma es una contradicción, una mortificación de la promesa que la dio a luz y la hace vivir. No olvidéis nunca que la identidad de la familia es siempre una promesa que se extiende y se difunde todos sus miembros y también a la entera humanidad... El amor, así como la amistad, deben su fuerza y su propia belleza al hecho de que generan un vínculo sin quitar la libertad. El amor es libre, la promesa de la familia es libre, y esa es la belleza. Sin libertad no hay amistad, sin libertad no hay amor, sin libertad no hay matrimonio. Por lo que la libertad y la fidelidad no se oponen sino que se sostienen mutuamente, en las relaciones interpersonales como en las sociales. Tanto es así que basta observar los daños que produce la inflación de promesas no mantenidas en diversos ámbitos y la indulgencia por la infidelidad a la palabra dada y a los compromisos aceptados''.
''Ser fiel a las promesas es una obra de arte de humanidad. Ninguna relación de amor, ninguna amistad y ninguna forma de querer, llega a la altura de nuestro deseo y de nuestra esperanza, si no llega a habitar ''este milagro del alma'', que es la fuerza y la persuasión de la fidelidad, que no dejan de encantarnos y de sorprendernos Ninguna otra escuela puede enseñar la verdad del amor, si la familia no lo hace.Ninguna ley puede imponer la belleza y la herencia de este tesoro de la dignidad humana, si el vínculo personal entre el amor y la generación no lo escribe en nuestra carne''.
''nuestra fidelidad a la promesa está siempre encomendada a la gracia y la misericordia de Dios. El amor por la familia humana, en las ocasiones buenas y en las malas, es una cuestión de honor para la Iglesia. ¡Qué Dios nos conceda estar a la altura de esta promesa!''.




¡Cielos, bendecid al Señor!


(Tomada a las 8,45  hoy 21 de octubre 2015)

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